Era una joven estadounidense de 23 años, estaba estudiando en la universidad donde conoció a otro joven estudiante. Se enamoraron y comenzaron una relación sentimental. Al cabo del tiempo Joanne se quedó embarazada.
Ella se lo dijo a sus padres y estos le dijeron que no aprobaban esa relación, que no podía casarse, y que su embarazo era un descrédito para la familia.
Por lo que ella decidió salir de su casa para tener el niño y darlo en adopción.
Joanne tenía muy claro que quienes le adoptaran tendrían que ser titulados universitarios, de modo que todo se preparó para que al nacer fuese adoptado por un abogado y su mujer.
Solo, que cuando nació el niño decidieron en el último momento, que lo que de verdad querían era una niña.
Así que la agencia de adopción llamó a medianoche a la siguiente pareja que estaba en la lista, Clara y Paul Jobs, preguntando:
“Tenemos un niño no esperado; ¿lo queréis?”
“Por supuesto”, dijeron ellos.
Así fue como Steve llegó a sus vidas. Ellos no sabían que con el tiempo él iba a ser el mundialmente conocido Steve Jobs creador de Apple.
Posteriormente Steve buscó a su madre biológica, Joanne, para saber cómo estaba y para darle las gracias por no haberle abortado. Y cuando ésta enfermó le pago una residencia para que estuviera cuidada y no la faltara nada, demostrando así su agradecimiento hacia ella.